Meses antes, desde que inicia la organización ya te pienso, anhelo con el día de estar frente a ti deslumbrado por tu belleza, tu gente, tus limpios páramos, tu dulce agua.
Llega el día y cargando los caballos comienzo a recordar tantos alegres momentos que has traído a mi vida.
Y solo espero cabalgar junto a mis amigos sorteando quebradas, palos, piedras y entre risa y risa me voy adentrando en lo más hermoso del paraje ecuatoriano donde ya te comienzo a sentir.
De repente a lo lejos luego de pasar bosques, pequeñas lagunas, quebradas y montañas, te alcanzo a divisar y comienzo a sentir esa energía que hace que los caballistas año a año disfrutemos de ti.
Gracias Piñan hoy y siempre por acogernos con tanto cariño.
Negro Jara